Hoy celebramos el compromiso, el conocimiento y la vocación de quienes eligen la bioquímica como camino profesional. Mujeres y hombres que, desde el laboratorio, aportan rigor científico y sensibilidad humana para garantizar diagnósticos precisos, apoyar tratamientos eficaces y contribuir al avance de la medicina.
El trabajo del bioquímico muchas veces ocurre en silencio lejos de los reflectores pero es esencial para el funcionamiento de todo el sistema de salud. Cada muestra analizada, cada resultado validado y cada protocolo seguido con responsabilidad son gestos cotidianos que sostienen la vida.
En este día renovamos nuestro reconocimiento a su tarea indispensable y celebramos su formación constante, su ética profesional y su compromiso con la salud de la sociedad.
Gracias por transformar la ciencia en cuidado.
