Publicado el 23/04/2024
“Si usted cree que la educación es cara, pruebe con la ignorancia”. La frase de Derek Bok, quien fuese presidente de la Universidad de Harvard, viene a cuento cada vez que la macroeconomía intenta tratar a todos los “gastos” por igual. No se trata de ignorar que una economía saneada es la base de las políticas públicas y menos aún de interferir en políticas partidarias, cosa que el Estatuto del Colegio prohíbe taxativamente, pero si tenemos en cuenta que ese mismo Estatuto establece que entre los fines del Colegio está la colaboración con las autoridades universitarias y todo aquello tendiente a la creación y difusión del conocimiento científico y tecnológico podemos afirmar que el apoyo a las universidades públicas es una política de estado que debería trascender gobiernos y partidos políticos.
Favaloro, Leloir, Milstein y Maldacena son apellidos conocidos en el mundo entero por cualquiera que tenga una idea básica de la ciencia. Grierson figura entre quienes quebraron las barreras de una sociedad que restringía a la mujer al hogar, Sánchez entre quienes creyeron que la Bioquímica tenía la suficiente importancia para ser una carrera en sí misma y Osatinsky entre las colegas que han sido un ejemplo de vida… ¿y qué tienen en común esas personas? Que han sido hijos e hijas de la universidad pública. ¿Fue un gasto formarlos o fue una inversión? La Reforma Universitaria de 1918, que empezó a convertir una universidad elitista en una universidad pública y de excelencia que nos formó… ¿fue algo para deplorar o para celebrar? ¿Hubiésemos podido formarnos en una universidad arancelada? ¿Hubiésemos podido desenvolvernos en un laboratorio si sólo lo hubiéramos conocido de oídas?
El valor agregado que nuestras exportaciones desesperadamente requieren, la capacidad de competir en un mundo globalizado, la posibilidad de autoabastecernos en escenarios bélicos, pandémicos o de emergencia, los desarrollos que mitigarán los efectos del cambio climático, el sueño de nuevas generaciones que aporten conocimiento, innovación y pensamiento crítico… todo eso es la universidad pública.
Por mandato y por convicción, el Colegio de Bioquímicos de la Provincia de Santa Fe de la 2° Circunscripción defiende hoy y defenderá siempre la educación superior como eje del desarrollo humano sostenible… y en estos tiempos de oquedad que ponen en duda el saber científico, podemos despedirnos recordando la frase del escritor Kurt Vonnegut: “La ciencia es la magia que funciona”.